martes, 27 de noviembre de 2007

Felices Fiestas

Estimados clientes y amigos:

Nuevamente nos encontramos en fechas señaladas, fechas en las que vemos que el año se acaba y sobre todo fechas en las que aprovechamos para recordar a la gente que durante el año nos han ayudado, recordaremos estas navidades con cariño a esos padres que tanto nos han dado, a esos amigos que cuando lo necesitamos estuvieron a nuestro lado, a esas personas anónimas que cada día nos ceden el asiento de la guagua cuando estamos escayolados, a aquella camarera que nos sonríe a la hora de ponernos unas cañas para compartir con los amigos, a esa persona que ya no esta en nuestra vida y que tanto nos dio y enseñó..
Pero también, a esas personas que nos han ayudado a estar donde estamos y que nos han brindado su apoyo, su ayuda y también su compañía.

Por ello en estas fechas de recuerdo queremos tenerles presentes en nuestras oraciones y en nuestros buenos deseos, por su confianza, por su ayuda en muchas ocasiones, por su paciencia cuando las cosas han ido mal y sobre todo por ayudarnos cada día a crecer un poco y hacer que nos asentemos día a día como empresa de CONTROL DE PLAGAS CANARIAS y como equipo humano.

Queremos brindar con ustedes para que este año las cosas sucedan aun mejor que este año que dejamos, y con todos nuestros mejores deseos queremos celebrar con ustedes esta navidad y acoger al año que entra con nuestra mejor sonrisa.

De parte de todo el equipo de FLORESALUD queremos enviarles un fuerte abrazo a todos ustedes y el mejor de los deseos.


Feliz Navidad y próspero Año Nuevo 2007.


Atmte.

José Manuel Vega Santana

FLORESALUD

CONTROL DE PLAGAS CANARIAS



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sábado, 31 de marzo de 2007

Efectos del cambio climático

Internet ayudará a conocer los efectos del cambio climático sobre las aves

La Red Fenológica Nacional por Internet, que se presentó hoy, es una herramienta novedosa para recopilar las observaciones realizadas por cualquier persona interesada sobre fauna y flora, fundamentalmente de aves, que permitirá conocer cómo afecta el cambio climático a los seres vivos.
Este proyecto, al que ya se puede acceder a través de la página www.avesyclima.org, ha sido elaborado por SEO/Birdlife, en colaboración con la Secretaría General de la Contaminación y del Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente y el Instituto Nacional de Meteorología.

La fenología se encarga de estudiar fenómenos naturales tales como las fechas de llegada de las primeras golondrinas, los primeros cantos de los ruiseñores o el momento en que se ven los primeros pollos de cigüeña en los nidos, que se repiten todos los años y cuyas variaciones están ligadas a las condiciones meteorológicas.

SEO/Birdlife trabaja desde hace 35 años en la recopilación de información fenológica de las aves de España, a través de un grupo de trabajo encargado de coordinar la red de colaboradores en todas las provincias, que se dedican a recoger las observaciones de primeras llegadas y últimos avistamientos de determinadas especies migradoras (golondrina, vencejo, ruiseñor, etc).

Ahora, con el lanzamiento de la Red Fenológica Nacional se pretende conocer a escala nacional cómo está afectando el cambio climático a la biodiversidad, para lo cual se utilizarán las aves como principal grupo indicador, y como novedad figura la recopilación de los datos a través de Internet.

En la presentación del proyecto, Antonio Mestre, jefe del Servicio de Aplicaciones del Instituto Nacional de Meteorología, explicó que el principal interés de la fenología en la actualidad deriva de la utilidad de los datos observados como indicadores ‘muy sensibles’ del cambio climático y como evaluadores del impacto de este fenómeno.

Señaló que la fenología es una ciencia muy antigua, pues existen datos fenológicos desde el siglo XVIII, y agregó que existen muchas redes de observadores pero están desconectadas a nivel nacional e internacional.

Juan José Sanz, investigador del CSIC, subrayó que el hecho de que las aves migratorias lleguen antes o después a España es un indicador de que algo está cambiando y que algo les está pasando a estas especies.

Para recalcar la utilidad y repercusiones del proyecto, Sanz puso como ejemplo que los datos de las observaciones realizadas por voluntarios fueron utilizados por la Administración en el tema de la gripe aviar.

Señaló que hay predicciones científicas que indican que España va a ser un área de migración invernal de bastantes especies en el futuro, ‘de ahí la importancia de tener los datos registrados’.

Gracias a las observaciones, se sabe por ejemplo que la cigüeña cada vez llega más pronto a la Península y que algunas de ellas no se van nunca, mientras que con la grulla ocurre todo lo contrario, dijo Alejandro Sánchez, director ejecutivo de SEO/Birdlife.

El proyecto quiere involucrar a todos los ciudadanos para que introduzcan sus observaciones y también a la comunidad escolar, ya que tiene un sitio específico dedicado a profesores y alumnos interesados en participar en la iniciativa, denominado ‘El Rincón del Educador’.

Sánchez insistió en que se trata de implicar a los ciudadanos para que pongan su granito de arena mediante la introducción en la página de una información que ‘puede ser relevante en un futuro no muy lejano’.

Animó a los ciudadanos a participar en el proyecto para tener un gran volumen de datos, ya que el porcentaje de ‘ruido’ va disminuyendo en relación con la cantidad de información introducida.

Cualquier persona podrá introducir sus observaciones, para lo cual sólo tendrá que registrarse como usuario en la página web y volcar su información mediante un formulario.

Existen tres niveles de participación: básico, intermedio y experto, en función de los conocimientos del participante, y no es necesario que los datos que se introduzcan correspondan a este año.

Fuente:
Terra Actualidad

lunes, 12 de marzo de 2007

Cambio climático y catástrofes

Cambio climático y catástrofes

Durante 1975 hasta 1984, tan sólo tuvo lugar una catástrofe mundial. Un estudio de la Unión Europea explica que durante la década siguiente se produjeron 13 catástrofes y en la última el número de incendios, tormentas e inundaciones ha ascendido a 35. Y en la mayoría de ellos está presente el clima. Así, 3 de cada 4 catástrofes naturales son de origen hidro-meteorológico.

El Informe Stern impulsado por el Gobierno británico ha dibujado un panorama que muchos han tildado de apocalíptico y otros intuimos como cierto. El cambio de las condiciones climáticas supone ya un aumento en la intensidad y en la frecuencia de determinados fenómenos meteorológicos especialmente virulentos.

El cambio climático no es una teoría, ni está sujeto debate, sus efectos están ya entre nosotros. El año pasado, la temporada de huracanes fue la más intensa y activa desde que se registran estos fenómenos. Sólo en el Atlántico norte se produjeron 28 tormentas tropicales y quince huracanes, algunos marcaron máximos históricos. Hubo miles de muertos y pérdidas que sólo en los EEUU, superaron los 60.000 millones de dólares.

Los escenarios de sir Stern nos dejan una sonrisa helada tras leer las consecuencias del aumento de la temperatura debido al efecto invernadero: reducción en un tercio de los cultivos en África, países como Vietnam y Bangladesh anegados por la subida del nivel de los océanos, extensión de enfermedades como la malaria y el dengue y hasta 200 millones de desplazados medioambientales a causa de inundaciones y sequías. A todo ello se suman los costes que tendrán las sucesivas catástrofes. Y las poblaciones más desfavorecidas son, precisamente, las más castigadas.

Sólo entre los años 1980 y 2000 más de un millón y medio de personas perdieron la vida como consecuencia de los desastres naturales. La mayoría de estas víctimas mortales, un 53%, se produjo en los países en desarrollo a pesar de que sólo el 11% de las personas expuestas a estas amenazas naturales vive en los países más desfavorecidos. Estos datos revelan la desigual distribución del impacto de los desastres. Y establece una estrecha relación entre el nivel de desarrollo y el riesgo de verse afectados por un desastre natural.

Ante este crecimiento en número y capacidad mortal de las catástrofes naturales, las organizaciones de acción humanitaria deben contar con capacidad suficiente para responder de forma rápida y eficaz. Pronto se cumplirá el segundo aniversario del tsunami y el tercero del terremoto de Ban en Irán. La presencia de Médicos del Mundo, por ejemplo, fue posible gracias a fondos de emergencias, que aseguran que la ONG pueda tener disponible un stock de material médico y fármacos, cuente con personal capacitado, pueda realizar un seguimiento de la situación en los lugares de mayor vulnerabilidad y reaccione con inmediatez.

Y el futuro que plantea el cambio climático es amenazante. Según el Informe Stern, el aumento de dos grados en al temperatura media traerá un aumento de entre 40 y 60 millones de africanos expuestos a la malaria. La relación entre el comportamiento del mosquito transmisor y las condiciones climáticas es directa. Un aumento de la temperatura en zonas donde el parásito es endémico tiene unas consecuencias catastróficas: el periodo de incubación del parásito disminuye, la frecuencia de la picadura del mosquito aumenta y las probabilidades de supervivencia a la enfermedad se reducen.

No todo es apocalíptico. Al menos se ha comenzado a reconocer esta relación entre catástrofes, falta de desarrollo y, de forma reciente, cambio climático. Naciones Unidas ha alertado de la dificultad de cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) como consecuencia de las pérdidas ocasionadas por los desastres y las catástrofes. La labor que realizan las organizaciones de emergencia en las crisis humanitarias e incluso los ODM pueden quedar en una anécdota con este panorama. ¿Se imaginan el esfuerzo y la movilización de recursos materiales y humanos que supuso atender a las cuatro millones de afectados por el tsunami? Pues ahora piensen en la atención que requerirán los más de 200 millones de desplazados medioambientales que puede provocar la subida de las aguas de los océanos o la desertificación.

Más información.


Teresa González, presidenta de Médicos del Mundo
Centro de Colaboraciones Solidarias

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